Amigo Vicente,
¿Recuerdas que te hable de aquel latigazo literario que como si de un corte
circuito se tratara me visita de forma amable y cariñosa mis noches de
insomnio? La madrugada reparte cartas en un juego en el que con sus miedos y
temores pretende derrotarme con sonrisa socarrona y chulesca. Esta claro que me
subestima porque se de antemano que ganar o perder son avatares de las reglas
del juego y en ellas, con o sin lógica, me muevo. Pero… pero amigo Vicente,
¿Quién nos intimida de forma tal que nos haga enmudecer? Nadie, amigo…nadie. Un
dia decidimos aprender el verbo por excelencia y lo empuñamos como arma de
defensa en esta vida de incongruencias y muchas veces de mal vivir. Al
posicionarnos conjugamos infinitivos, participios y gerundios, amen de
presentes y pretéritos para mirar el futuro con la palabra, siempre con ella a
caballo entre la razón y la bendita locura. Es entonces cuando ésta invita a la
partida a otra amiga de viaje de la noche. Si Vicente, la locura invita a la fantasía
y la madrugada vuelve a servir cartas. El juego continua…
Contemplo sereno una
madrugada calurosa de verano. Emerge un extraño frescor en los pies, que baja
de grados en la cintura, persiste su catarsis incomprensible de contraste en
mejillas para, al final, explotar calurosamente gélido en el pentagrama
personal. La armonía se prevé perfecta aunque con la torpeza inicial de aquel
que se levantó y anduvo, las piezas importantes del motor se van auto engrasando
de forma anárquica hasta que comprenden que esa individualidad es pieza fundamenta
del colectivo.
El juego, esta mano
al menos, me ubica frente a un maestro del pensamiento, del dominio de la
lengua. No buscas ni propicias el combate, sabes o intuyes en mi una mano
amiga. Fijas tu mirada en mis ojos con valentía, sabedor de que estos desafíos conducen
a la nada. Las batallas amigo Vicente, sólo la experiencia que supone las victorias
sumadas a las benditas derrotas te otorgan un plus de señorío y personalidad
que habla estruendosamente a caballo a través de los silencios… si Vicente, a
través de esos gestos que te recuerdan que ladren los cobardes envueltos en
argumentos basados en arenas movedizas o en el peor de los casos, castillos en
el aire decorados en un interior imperfecto
en mantos de oro… esos necios, lo sabes, mejor hubieran prestado culto al
sagrado silencio. Echas mano de tu memoria personal, aquella que luego en el
presente te marca el norte que a la par será tu futuro. ¿Practicante? Permíteme
una sonrisa cuando niegas porque Él te regaló un infinitivo para que tu fuerza
de espíritu moldeara el gerundio que del participio tiempo habrá cuando llegue,
tiempo para mirarse al espejo y mirando al cielo, demos gracias por sus
bendiciones. Si esto no es practicar, que baje y lo diga.
Tú Vicente, que veo reflejado en tu mundología al
Guerrero de la Luz del escritor y también maestro Pablo Coelñho, me hablas de
osadías y disculpas. Vienen tus loanzas un ocho y yo las traduzco un doce,
siempre del mes querido pero fatídico noviembre. Por un momento, siempre que
mis ojos vidriosos me permiten percibir más claridad en tu poema, me doy cuenta
que no hablamos, que fueron los sentimiento quienes comunicaron entre si, aquellos
afectos que no se palpan y tampoco se tocan pero tienen garantizado el éxito.
Son los gestos que armoniosamente están dictados por el corazón que al ser
sometidos, calmados quedan al servicio evidente de una mente en constante
ebullición.
Gracias Vicente por
ser modisto ante mi desnudez que esta claro apercibiste con mutua honestidad.
Recibe un fuerte abrazo de quien pretende algún dia ser como tu, Guerrero de la
Luz, aunque se que todavía me restan muchas lunas en mi horizonte estelar, y
por ende, juegos nocturnos con el insomnio como crupier,la bendita locura, la fantasia,
el orden, el caos, lo divino y lo profano, el alfa y el omega, el espíritu, el
ser y estar… quien quiera sentarse con nosotros en pulso de similares
condiciones, nos encontrara como bien dices, desnudos… me parece simplemente
perfecto, que la luna me descubra despojado de toda vestimenta que yo ya iré
apañándome con lo que mis compañeros de mano, me ayuden.
Posiblemente seamos
ambos dos no practicantes, pero ésta, en concreto esta práctica la deseamos y
nos acompañara a través de las vidas que nos toque hacerlo…
Fuerte abrazo y me ha llenado de orgullo ser,
circunstancialmente, punto neurálgico de
tu blog, por lo que permaneceré el tiempo que me permitas ubicarme y aprender
en tu orilla.
Enhorabuena y gracias
Fdo. Rafa Ayala.
P.D. ¿Puedo copiar enlace de este verso en mi muro principal
del Face? Espero autorización.
Asimismo, pienso dar lectura en el Taller de prensa del
miércoles, tu poema y mi desvario
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