martes, 12 de noviembre de 2013

JOAN PETRUS Y TOMAS ROTGER, AL TROTE MAJESTUOSO DE LA FOTOGRAFIA


Tomás Rotger y Joan Petrus, magia en sus fotografias

        No sé si concretar en nuestra sociedad isleña o extrapolar el cometario hasta la península –ibérica por supuesto- pero verdad que nos prestamos demasiadas veces cuando explicamos batallas del día a día al recurrente ‘tengo un amigo que es médico, una eminencia…’, ‘…pondré el tema en manos de mi abogado, un fiera tú, de cada dos casos, gana tres…, y no puede faltar el de los hijos, ese que dice que… ‘el de ‘Martita’ no es que sea maestro de matemáticas, es un catedrático con master diversos en fórmulas y teoremas…’, solo le hace falta decir que está a dos sumas y una división de descubrir el valor de ‘pi’.
        Intentaré moverme por los parámetros de la normalidad, es decir sin macros ni minis, simple y llanamente lo que son. Por ejemplo, el entretenimiento que ocupa la fotografía en mi vida ha propiciado que, entre otra mucha gente, haya entablado conversaciones en concreto con dos que son referentes en mi libreta de apuntes y notas varias. Sabedor de que me superan en horas de vuelo y una técnica de la cámara insultante para este aspirante a fotógrafo, me encuentro sentado en una playa donde luce el sol del veraniego noviembre e imaginariamente los recuerdo enfrascados por separado –en ocasiones juntos- con objetivos que buscan, comparan y si ven algo diferente, captan ese momento de magia que primero condimentan en la cocina del laboratorio privado pero que como artistas que son, están obligados a la fidelidad de compartir, aunque las medidas del rectángulo haga que los tesoros se sirven en papel para la ocasión.
        Joan Petrus (https://www.facebook.com/joan.petrus.37?fref=ts) y Tomás Rotger (https://www.facebook.com/tomasrotger?fref=pb&hc_location=friends_tab) cabalgan sobre sus máquinas captadoras de un universo personal e intransferible pero admirable en ambos casos. Veamos.
        De Joan me quedo con su capacidad natural de ir un paso más adelante en esto de informar lo que sucede a su alrededor. El comunica. Su base de datos sin color, hace que los paisajes te sacudan con brisas inesperadas, los lugares te ubiquen en aquel lugar en tiempo real… pero sus retratos son especiales, singulares. Ninguno de ellos te dejan indiferentes porque Joan te invita con matices en la mirada, la pose, la risa, la seriedad, la vestimenta, las arrugas de la cara… a que nuestro subconsciente viaje a través de ese protagonista y que escribamos su historia, su realidad, su finalidad en esta vida. No te rías Joan, sabes que tienes magia en tu clivk.
        Tomás también se desplaza al trote sobre el mundo de la imagen, su mundo que también se doctora en matices. Creo que se resiste a crecer y que afincado en su país de las maravillas escupe relojes imposibles, guerreros samuray con cara, brazos y espada pero sin cuero concreto. A veces Rotger viaja cual gaviota libre por las calas de Menorca, toma aire en las alturas y cuando regresa, nos regla con colecciones que son personales pero tranquilos, el que tiene arte siempre acaba compartiéndolo. Gracias Tomás, me gusta también tu blanco y negro.
        Quizás no pueda referirme a ellos como amigos, perol si sieento empata cuando conversamos y respeto enormemente primero su trabajo y después su valentía a desnudarse ante una sociedad como la nuestra que se emplea a fondo en la crítica destructiva y olvida, desgraciadamente, que cuando en el interior anidad el arte singular, más tarde o temprano acude a tu encuentro quien habla tu mismo idioma o… a lo mejor un dialecto que evite que la cadena termine por romperse.
En cualquier caso amigos Joan y Tomás, enhorabuena y no dejéis de cabalgar al trote y al galope con vuestra magía fotográfica por montera.
                                                                                                                                                                                                                   

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