sábado, 10 de agosto de 2013

El Guerrero de la Luz



      Amigo Vicente, ¿Recuerdas que te hable de aquel latigazo literario que como si de un corte circuito se tratara me visita de forma amable y cariñosa mis noches de insomnio? La madrugada reparte cartas en un juego en el que con sus miedos y temores pretende derrotarme con sonrisa socarrona y chulesca. Esta claro que me subestima porque se de antemano que ganar o perder son avatares de las reglas del juego y en ellas, con o sin lógica, me muevo. Pero… pero amigo Vicente, ¿Quién nos intimida de forma tal que nos haga enmudecer? Nadie, amigo…nadie. Un dia decidimos aprender el verbo por excelencia y lo empuñamos como arma de defensa en esta vida de incongruencias y muchas veces de mal vivir. Al posicionarnos conjugamos infinitivos, participios y gerundios, amen de presentes y pretéritos para mirar el futuro con la palabra, siempre con ella a caballo entre la razón y la bendita locura. Es entonces cuando ésta invita a la partida a otra amiga de viaje de la noche. Si Vicente, la locura invita a la fantasía y la madrugada vuelve a servir cartas. El juego continua…
      Contemplo sereno una madrugada calurosa de verano. Emerge un extraño frescor en los pies, que baja de grados en la cintura, persiste su catarsis incomprensible de contraste en mejillas para, al final, explotar calurosamente gélido en el pentagrama personal. La armonía se prevé perfecta aunque con la torpeza inicial de aquel que se levantó y anduvo, las piezas importantes del motor se van auto engrasando de forma anárquica hasta que comprenden que esa individualidad es pieza fundamenta del colectivo.
      El juego, esta mano al menos, me ubica frente a un maestro del pensamiento, del dominio de la lengua. No buscas ni propicias el combate, sabes o intuyes en mi una mano amiga. Fijas tu mirada en mis ojos con valentía, sabedor de que estos desafíos conducen a la nada. Las batallas amigo Vicente, sólo la experiencia que supone las victorias sumadas a las benditas derrotas te otorgan un plus de señorío y personalidad que habla estruendosamente a caballo a través de los silencios… si Vicente, a través de esos gestos que te recuerdan que ladren los cobardes envueltos en argumentos basados en arenas movedizas o en el peor de los casos, castillos en el aire  decorados en un interior imperfecto en mantos de oro… esos necios, lo sabes, mejor hubieran prestado culto al sagrado silencio. Echas mano de tu memoria personal, aquella que luego en el presente te marca el norte que a la par será tu futuro. ¿Practicante? Permíteme una sonrisa cuando niegas porque Él te regaló un infinitivo para que tu fuerza de espíritu moldeara el gerundio que del participio tiempo habrá cuando llegue, tiempo para mirarse al espejo y mirando al cielo, demos gracias por sus bendiciones. Si esto no es practicar, que baje y lo diga.
Tú Vicente, que veo reflejado en tu mundología al Guerrero de la Luz del escritor y también maestro Pablo Coelñho, me hablas de osadías y disculpas. Vienen tus loanzas un ocho y yo las traduzco un doce, siempre del mes querido pero fatídico noviembre. Por un momento, siempre que mis ojos vidriosos me permiten percibir más claridad en tu poema, me doy cuenta que no hablamos, que fueron los sentimiento quienes comunicaron entre si, aquellos afectos que no se palpan y tampoco se tocan pero tienen garantizado el éxito. Son los gestos que armoniosamente están dictados por el corazón que al ser sometidos, calmados quedan al servicio evidente de una mente en constante ebullición.
      Gracias Vicente por ser modisto ante mi desnudez que esta claro apercibiste con mutua honestidad. Recibe un fuerte abrazo de quien pretende algún dia ser como tu, Guerrero de la Luz, aunque se que todavía me restan muchas lunas en mi horizonte estelar, y por ende, juegos nocturnos con el insomnio como crupier,la bendita locura, la fantasia, el orden, el caos, lo divino y lo profano, el alfa y el omega, el espíritu, el ser y estar… quien quiera sentarse con nosotros en pulso de similares condiciones, nos encontrara como bien dices, desnudos… me parece simplemente perfecto, que la luna me descubra despojado de toda vestimenta que yo ya iré apañándome con lo que mis compañeros de mano, me ayuden.
      Posiblemente seamos ambos dos no practicantes, pero ésta, en concreto esta práctica la deseamos y nos acompañara a través de las vidas que nos toque hacerlo…
Fuerte abrazo y me ha llenado de orgullo ser, circunstancialmente,  punto neurálgico de tu blog, por lo que permaneceré el tiempo que me permitas ubicarme y aprender en tu orilla.
Enhorabuena y gracias
Fdo. Rafa Ayala.
P.D. ¿Puedo copiar enlace de este verso en mi muro principal del Face? Espero autorización.
Asimismo, pienso dar lectura en el Taller de prensa del miércoles, tu poema y mi desvario